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¿Medios de comunicación social o de manipulación social?

Tatiana Paulette Sandoval Pizarro

Estudiante de l FACSO-UCE

Foto de Mateo Arcentales (@mat.graphy)

Ecuador vive uno de los momentos sociales más críticos como consecuencia del abandono por parte de un gobierno ceñido al modelo neoliberalista y representado en esta ocasión por el banquero Guillermo Lasso Mendoza, quien, durante su primer año de gobierno, no ha sabido responder a las demandas más elementales de los ecuatorianos. Hospitales públicos sin medicinas ni implementos, donde los médicos deben atender a los pacientes en situaciones de precariedad, llegando inclusive a utilizar la linterna de un teléfono celular para realizar una intervención quirúrgica. Instituciones educativas con graves problemas de infraestructura que no han logrado ser superados para garantizar el retorno a las clases presenciales en condiciones dignas. Reducción del presupuesto a las universidades públicas y un examen de ingreso para acceder a la educación superior que solamente fue cambiado de nombre y por el que miles de bachilleres siguen quedando excluidos de la formación académica superior. Incremento descontrolado de los productos de primera necesidad y del precio de los combustibles, a lo que se suma una ola de violencia e inseguridad a la que el gobierno central no ha sabido responder con efectividad, pese a que este tema fue supuestamente una de las prioridades en los primeros días del gobierno de Lasso. Ni qué decir de la crisis carcelaria, donde las masacres han puesto en evidencia que el Estado no tiene para nada el control de los centros de reclusión penitenciaria. Esto y más han hastiado a una población que reclama acciones y que le dice a Lasso, ¡basta a los discursos de campaña que solamente quedan en palabras! Además, surge la inquietud del por qué se debe soportar tanta desidia del gobierno central cuando actualmente el precio del barril de petróleo ecuatoriano se cotiza en más de USD 100,00. Esto preocupa, puesto que no hay rendición de cuentas sobre el verdadero destino del excedente y recordamos que el Presupuesto General del Estado Ecuatoriano de 2022 se elaboró con el precio promedio del barril de exportación por un valor aproximado de USD 59,20. Es decir, paradójicamente mientras tenemos mejores ingresos por la venta de petróleo, la población sigue soportando una vida de miseria.


Foto de Mateo Arcentales

Con todos los antecedentes expuestos es imposible no pensar en que la gente con justas razones salga a la calle a manifestarse y a cuestionar al gobierno (o mejor dicho el desgobierno) de Guillermo Lasso. El 13 de junio de 2022 inició en Ecuador un paro indefinido convocado en primera instancia por el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), Leonidas Iza. El llamado a la movilización nacional está sustentado en diez puntos propuestos por la CONAIE que, pese a la represión estatal que se ha vivido durante 15 días de paralización (y los que vendrán), se defienden con firmeza. Pero, hay que hacer un alto, pues lo que el gobierno nacional consideró una movilización únicamente de la población indígena, hoy por hoy ha sumado a decenas de colectivos y organizaciones sociales conformados por estudiantes, mujeres, trabajadores, educadores, transportistas, etc. que no han desmayado desde el inicio de esta lucha social y que han resistido con valor desde las calles.


Ante este panorama de incertidumbre abro esta pregunta con un gran sentido crítico: ¿Cuál ha sido el rol de los medios de comunicación durante estos días de protesta social? La respuesta tiene un amargo olor y sabor al encubrimiento que medios de comunicación tradicionales tan conocidos como Ecuavisa, Teleamazonas, entre otros, a los que se han añadido ciertos medios digitales como La Posta, promovieron durante la gran movilización de octubre de 2019, en el gobierno de Lenín Moreno. Hoy, una vez más, estos mismos medios demuestran sin ningún tipo de vergüenza que están al servicio del poder de turno, más aún si se trata de su gran amigo Guillermo Lasso. Estos medios que desayunan, almuerzan, meriendan y cenan con el gobierno de su simpatía solamente se han dedicado a criminalizar las protestas sociales y a vender la idea de que, aunque el gobierno de Lasso tenga equivocaciones, los ecuatorianos quieren trabajar para “salir adelante” y defienden la democracia.


Todas las imágenes de este apartado son capturas de pantalla de las páginas de Facebook de los medios mencionados


Los medios de comunicación hablan de trabajo en un país donde buscar trabajo es un trabajo y donde los que tienen trabajo son explotados a diario por sus patrones (esos a quienes llaman generadores de empleo y a los que hay que agradecer por dar “trabajito”, pero que en realidad sin el trabajo de sus empleados su negocio jamás produciría). Para estos medios, la protesta social es sinónimo de violencia, mientras celebran la represión de la fuerza policial ordenada por el presidente Guillermo Lasso contra los manifestantes. Entonces, es muy clara su postura política que la legitiman cobardemente desde micrófonos y pantallas. Los medios hablan de que el país no quiere caos, pero no son capaces de decir que al que tanto defienden ha provocado ese caos social.


Cuando ciertos periodistas de estos mismos medios se han quejado de que Guillermo Lasso no cuenta con un verdadero equipo que maneje la comunicación desde Carondelet, me doy cuenta de que ese no es el grave error de este gobierno, pues él tiene a los medios privados haciéndole propaganda todo el tiempo. Lo que realmente pretenden estos periodistas es un refuerzo de comunicación desde el gobierno. ¿Para qué? Para seguir vendiendo otra realidad a través de la manipulación de la opinión pública.


Fotografía de MediaFacso

Ninguno de estos medios se ha atrevido a contar la historia y carencias de las comunidades que se han movilizado desde diferentes provincias del país a Quito para apoyar el paro nacional. Ninguno ha dicho que muchos de sus miembros caminan descalzos en las marchas, usan escudos hechos con discos de antenas satelitales y cascos artesanales para tratar de protegerse de la represión policial. Ninguno ha entrevistado a las mujeres que son las que lideran estas marchas, muchas de ellas embarazadas. Ninguno ha sido capaz de reconocer que este pueblo ecuatoriano, pese a todas las penurias, se da la mano y que está haciendo donaciones con enorme voluntad para apoyar con alimentos, vestimenta y medicinas a la gente que está de pie en las calles luchando con coraje por mejores condiciones de vida.


Ninguno de estos medios da cuenta de que los manifestantes se movilizan con recursos propios, que hay cientos de estudiantes que con dificultades de transporte están apoyando a las brigadas en los centros de acopio y que la gran mayoría no ha descansado un solo día junto a varios docentes que se han sumado a la causa. Ninguno ha registrado los cánticos, los bailes, las danzas, la música y toda clase de arte que también se expresan en las manifestaciones.


Ninguno se ha pronunciado con respecto a las expresiones racistas de ciudadanos que con pensamiento colonial creen aún en la “raza superior” y salen desde la comodidad de sus hogares con banderas blancas a defender la paz en los sitios de Quito, donde no hay carencias y donde allí mismo arman tremendas borracheras por las fiestas de fundación de la capital ecuatoriana. No obstante, son los “quiteños de bien” los que defienden la paz y la democracia. Es así como su violencia verbal contra los otros está justificada.


Durante 15 días de protestas, estos medios de comunicación que se autodenominan “independientes” nos han mostrado la imagen falsa de un país en el que no pasa nada, en el que hay un gobierno abierto al diálogo que tiene que lidiar con protestantes beligerantes. El “pobrecito” es el gobierno de Lasso que le ha tocado batallar con un país muy difícil. Y pensar que el señor se estuvo preparando diez años para gobernar. En estos días de resistencia hemos sido testigos de que medios internacionales dan a conocer al mundo las dos caras de las protestas, esas dos caras que pese al derramamiento de sangre y la pérdida de vida de muchos compatriotas, los medios de comunicación de este país encubren con MANIPULACIÓN SOCIAL para salvar a un gobierno y silenciar el dolor de un pueblo con hambre y demasiado herido.


Nota

Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad de los autores y no corresponde a la opinión de MediaFacso.

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