El Paro Nacional de 2022 empezó la madrugada del lunes 13 de junio, y tuvo una duración de 18 días. Las acciones de protesta iniciaron con el cierre de vías, manifestaciones en territorios, organización de marchas por parte de colectivos estudiantiles, de mujeres y trabajadores, además de movilizaciones progresivas hacia la ciudad de Quito por parte de comunidades y organizaciones de base del Movimiento Indígena.
El llamado popular a protestar por las condiciones de desigualdad y falta de atención del Estado hacia la sociedad ecuatoriana empezó en sectores rurales de Cotopaxi y tomó fuerza en Quito, con la unión de colectivos y movimientos sociales que respaldaban la agenda propuesta por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE).
El Mercado Mayorista, desabastecido
A partir del 17 de junio, en muchas ciudades del país se empezó a detectar escasez de alimentos. En Quito, el Mercado Mayorista dejó de recibir a camiones con la carga de hortalizas, verduras, frutas y demás productos del campo. Según un comerciante del Mercado Mayorista (a quien llamaremos Don Mario por pedido suyo), los pocos camiones que lograban esquivar a los manifestantes llegaban a la ciudad con productos casi echados a perder, o mezclados con gasolina.
Mario y su esposa cuentan que, durante los 18 días de movilizaciones, sí subieron los precios a los productos para así obtener algo de ganancias y no perder su inversión. Ellos se encontraron a favor de la protesta, coinciden en que el presidente Lasso no ha cumplido con las ofertas de campaña y por ende “las personas tienen derecho a estar enojadas y salir a las calles”.
Con el aumento de precios y la escasez de varios productos de primera necesidad, se experimentaron variaciones en el costo de alimentos durante y después del paro. Revisa la siguiente infografía para conocer más:
En Santa Clara el paro también se sintió
Diez días después del paro, en el Mercado Santa Clara, ubicado en el centro norte de Quito, las comerciantes y trabajadoras sienten que las cosas y los precios están regresando a la normalidad, y esperan poder trabajar para recuperarse económicamente. Ellas viven del día a día.
Al realizar el recorrido por los puestos de venta, se observa cómo varios de ellos ya se encuentran abastecidos de productos que, durante el paro, no era posible conseguir por la falta de transporte y el cierre de vías.
Cristina Álvarez, vendedora de hortalizas y legumbres en Santa Clara, cuenta que: “fue un momento muy duro para los comerciantes, como para los clientes, la traída de los productos estuvo bastante difícil, tuvimos que cerrar incluso el mercado porque prácticamente no podíamos atender”.
María Lema, vecina de Cristina, concuerda en que fue un momento difícil. Dice que trabajó 17 de los 18 días de paro, ella acudía a San Roque para tratar de conseguir mercadería, pero señala que los intermediarios cobraban muy caro. Recuerda que, en el intento de conseguir choclo, uno de los productos que experimentó una alarmante subida de precio, un comerciante intentó venderle en $40 un tercio de choclo, lo que le obligaba a ella a vender cada unidad de choclo en $1, “nadie me hubiera comprado un choclo a dólar”.
Testimonios como los de Cristina y María se replican en todo el mercado de Santa Clara. La gran mayoría de comerciantes y vendedoras estuvieron de acuerdo con la protesta social, dicen que la situación está difícil, que no existe control en muchos aspectos como el aumento de precios y la venta de productos. También comentan que la situación en el campo es más compleja que en las grandes ciudades, por ello respaldaron las manifestaciones. Eso sí, están en contra de los actos de violencia como el que sufrió Andrea Haro, una vendedora que fue intimidada por un grupo de manifestantes. Cuenta como le prohibieron vender, caso contrario se llevarían sus productos a los centros de acopio.
Un punto de vista
Entrevistamos a la Economista Diana Veintimilla, docente de FACSO, para conocer el impacto económico y la razón de la subida de precios en productos alimenticios.
Según su análisis, el aumento en algunos productos se da por un proceso inflacionario derivado de la pandemia y señala que, el Ecuador al depender del dólar, está en manos de las políticas económicas de quien auspicia la moneda al país.
Para conocer más te sugerimos revisar la entrevista:
El Paro Nacional de junio de 2022, en la cuestión económica, deja en la mesa de discusión múltiples problemas que enfrenta el país como son: la subida de precios, los procesos inflacionarios, la crisis económica pospandemia y reformas laborales poco favorables para la clase media. El gobierno de Guillermo Lasso, en los 13 meses que va su mandato, se dedicó a atender los problemas macroeconómicos, dejando de lado la economía social, lo que motivó a las protestas.
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