El Centro Cultural El Útero reactiva sus actividades luego de su desalojo de la casa patrimonial de la Mariscal que, por seis años, permitió a los fundadores dar vida al proyecto. La reapertura se realizó en su nueva sede denominada El Útero de la 24. Allí realizaron exposiciones de arte, emprendimientos, talleres abiertos y más.
Entrada casa cultural "El Útero". Foto: El Útero
El Centro Cultural El Útero es un espacio social y cultural autogestionado que ofrece una multiplicidad de servicios culturales como: talleres, eventos y trabajo cooperativo. El proyecto nace en agosto del 2017 en una casa patrimonial de 700 metros cuadrados, ubicada en las calles Reina Victoria y Gerónimo Carrión, sector de La Mariscal, en Quito. Cuatro fueron los gestores culturales independientes, quienes, tras arrendar y rehabilitar las instalaciones, emprendieron un arduo camino.
El objetivo fue la búsqueda de un espacio que permitiera la expresión del arte y la cultura, en principio, de sus organizadores. El Útero comenzó sus actividades en la sede de la Mariscal, donde los representantes lograron un acuerdo económico con los propietarios. El convenio consistía en la rehabilitación del predio con recursos de los arrendatarios para el desarrollo del proyecto, en beneficio de la comunidad y la ciudad. Dicho proyecto se expandió, cumpliendo con sus expectativas sociales, económicas y culturales.
Emprendedora con su stand de productos artesanales. Foto: Eliana Gavilánez
De esta manera, se dio acceso a más artistas y a una diversidad de emprendedores con el propósito de albergar, unir y fortalecer las disciplinas culturales. Con ello, se crearon vínculos entre el arte y la comunidad. Así lo cuenta Esteban Albán, cofundador del proyecto: “Empezamos a ver que existía bastante espacio en la casa, por ello, hicimos una convocatoria abierta para que más artistas pudieran tener su espacio. Con ello, se logró crear agendas culturales, mensuales y semanales”. De esta forma, el centro cultural encaminó sus proyectos hacia los procesos sociales y culturales, posibilitando la inclusión de la población y la rehabilitación de la infraestructura.
En total fueron seis años de estancia en la sede de La Mariscal, donde se realizaron más de 500 talleres, eventos y ferias desde la creación de ‘El Útero’. Lili Ayavaca, una de las emprendedoras del lugar, participó en seis ferias del centro cultural, donde exhibió sus productos orgánicos de la marca Sinchi. “Normalmente, busco lugares donde la gente valora productos orgánicos, y El Útero brinda, desde hace años atrás, estos espacios a los emprendedores”, comenta Lili.
Sin embargo, los conflictos comenzaron tras la pandemia por el covid-19, debido a que se desató una crisis financiera para los miembros del proyecto cultural. En noviembre de 2022, iniciaron los problemas legales entre los propietarios del predio y los fundadores del proyecto. El principal conflicto fue la imposibilidad de cumplir con el pago de arriendo pactado al inicio de la negociación. Los arrendatarios, en busca de soluciones, propusieron la reducción del costo de la renta, pero los dueños rechazaron la oferta. No obstante, siguieron explorando posibilidades con el fin de “sostener el proyecto y no dejarlo morir”, según posteó Luz Albán, cofundadora del proyecto, en una publicación en la cuenta oficial de Instagram de El Útero.
Así mismo, Esteban dijo: “pensamos en diferentes opciones, hasta que encontramos a un inversionista que estaba dispuesto a comprar el establecimiento y apoyar nuestro proyecto”. Sin embargo, el acuerdo no pudo concretarse, pues el valor de la venta era de un millón y medio de dólares, precio que, según los fundadores del centro cultural, era el doble del costo del avalúo.
A partir de ese momento, los problemas aumentaron. Recibieron, por parte de los propietarios, una demanda de 80 mil dólares, así como una orden de desalojo del predio. Ante estas medidas, los gestores culturales decidieron no abandonar el predio, con el fin de permanecer en el lugar sin pagar renta hasta que se cubrieran los gastos del arreglo de la infraestructura autogestionada. De este modo, El Útero de La Mariscal llegó a su fin en abril de 2023.
Instalaciones del centro cultural El Útero. Foto: Eliana Gavilánez.
El 10 de abril de 2023, El Útero comenzó su mudanza hacia su nueva sede, localizada en la avenida 24 de mayo, entre las calles Loja y Venezuela. Así lo anunciaron a través de sus redes sociales. Para el traslado, los fundadores del centro cultural se apoyaron en la comunidad que han creado durante seis años de gestión, de tal manera que recibieron ayuda económica y voluntariado. En total fueron cinco días de mudanza.
La nueva sede, El Útero de la 24, denominada así por su localización, se inauguró el 13 y 14 de mayo, desde las diez de la mañana hasta las ocho de la noche. El evento contó con la presencia de Esteban, quien brindó una entrevista al equipo periodístico de Media FACSO, donde dio a conocer que la nueva casa mide 1.400 metros cuadrados y consta de ocho salas.
En la inauguración, los asistentes disfrutaron de un show de música en vivo emitido por el Dj set: Zam pato y Paso-Choa. Así mismo, hubo veintidós stands de diferentes emprendedores y diseñadores de productos artesanales, quienes ofrecían: tatuajes artesanales, bebidas, pinturas artísticas, ropa nueva y usada, dulces, taller de yoga, accesorios, etc. Dichos proyectos fueron aptos para todo público, y ayudaron a restaurar y exhibir el arte y la cultura que ofrece la ciudad de Quito.
Exposición artística en el centro cultural El Útero. Foto: Eliana Gavilánez.
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