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Ese día no hubo violencia

Autora: Camila Becerra



Fotografía 1: Recuerdos del Paro – Autor Periodista Bryan Paúl Espinosa

Unos cuantos diálogos entre comuneros y la Policía Nacional, mucha discrepancia y malestar social, sacudió a San Miguel del Común en Calderón, durante el paro nacional de junio del 2022.


La llamada inicial

La habitación estaba aún oscura, a pesar de que ya había amanecido, una llamada a las 6 de la mañana para cubrir el primer día del Paro Nacional, marcó el inicio de varios días de tensión. Con un poco de confusión y por supuesto sueño, me daba vueltas en la cama; que me abrazaba con un calor característico de las mañanas, un calor que te invita a seguir durmiendo, pero había que apurarse, en San Miguel del Común, los comuneros se habían tomado un tramo de la Panamericana Norte en forma de protesta, estaban apoyando y siendo parte del Paro Nacional del 2022.

Dejando el sueño y la pereza a un lado, me vestí con lo primero que encontré, desayuné un té de los que había en la alacena, lo acompañé con un pan integral con avena, de esos que me encantan y salí al encuentro de mi compañera. Tenía que saber lo que pasaba en San Miguel del Común, que por cierto queda muy cerca de casa.

Con las nuevas movilizaciones que, progresivamente, iban apareciendo, no solo en Quito, sino en todo el Ecuador, los recuerdos del paro del 2019 se hacían presentes y con ellas, el temor de algunos hechos que ocurrieron en esos días.

Temor de las personas sobre la violencia, temor de no saber cómo llegar a casa, temor de no conseguir transporte para llegar al trabajo o de los comerciantes, de nuevamente tener pérdidas luego de dos años de pandemia, o en su defecto: saqueos. El ambiente en Calderón era tenso, pero dentro de esto, aún había un hilo de tranquilidad, pues, en el primer día de Paro Nacional, solo San Miguel del Común cerró la vía.

Para muchas personas escuchar sobre San Miguel del Común, debe ser nuevo, pero es una comunidad indígena de la parroquia rural de Calderón. Está rodeada de montañas con colores pintorescos, parcelas agrícolas que varían en tonalidades, unas más verdes que indican las siembras, otras más cafés o amarillas que indican la cosecha, y casas, unas más modernas y otras tradicionales.

Un poblado de legado indígena, que, en el contexto del paro nacional, se organizó y con llantas prendidas de diferentes tamaños, que tenían un evidente desgaste en su labrado, con montículos de tierra; que posiblemente sacar de sus parcelas, ramas de árboles cortadas rápidamente que encontraban a su paso, cerraron la Panamericana Norte a la altura del kilómetro 1.



 

La policía se organiza

Captura 1: Cobertura realizada por Camila Becerra para Cero Latitud en el primer día del Paro Nacional- Agentes de la UMO procedían a realizar la apertura de la vía.

A unos metros del cierre de los comuneros, la Policía Nacional también se organizaba para manejar la situación. Con mi compañera llegamos a cubrir la noticia, algunos policías no nos dejaron pasar en un primer momento, pero al ver que era un equipo de un medio de comunicación, con algo de desconfianza, nos permitieron el acceso.

El sol ese día se hizo presente, el cielo tenía unas cuantas nubes, y el frío de la mañana, que no te abriga, pero tampoco te congela, nos acompañó mientras caminábamos unos metros, para hacer las entrevistas.

En el trayecto de la que parecía una “corta caminata”, nos encontramos a los costados del carril de bajada de la Panamericana Norte, a unos cuatro o cinco buses de la Policía Nacional; el color blanco de la carrocería los delataba, así mismo estaban ahí más de 10 patrulleros y por lo menos unas 20 motocicletas, una escena impresionante, puesto que en otras situaciones y coberturas no había visto tanta presencia policial, desde ahí empezaba la intriga: ¿Cuántos servidores policiales se habían movilizado hasta el lugar?

Mientras seguíamos bajando, al fondo se apreciaban las humaredas que subían hacia el cielo formando una especie de capa negra, en el ambiente se percibía el olor a llanta quemada y muchas personas portaban sus mascarillas a pesar de no tener a más personas cerca para protegerse del Covid, sino más bien les servían para no percibir el fuerte olor a caucho quemado, que provocaba una ligera tos y ardor en los ojos. Caminaban rápidamente para intentar llegar a sus destinos, pues la vía que los comuneros habían cerrado, conectaba a los sectores de Guayllabamba, Cayambe, Tabacundo entre otros, con Quito, algunas personas subían molestas y no querían ser entrevistadas y otras lo hacían con cansancio.

Luego de ver esta escena y seguir caminando unos pasos más, finalmente pude responder la duda que tenía en mi cabeza, cuántos policías se habían movilizado al lugar, por lo menos unos 150 agentes de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO), que pertenecen a Policía Nacional, estaban en San Miguel del Común.

Los agentes de la UMO vestían una indumentaria poco vista en la cotidianidad, a qué me refiero, es común ver a los policías con su informe verde, pero esta vez no, esta vez tenían un uniforme completamente negro, en su cabeza llevaban un casco para protección, en su torso vestían una especie de armadura especial, unas botas largas y sus escudos plásticos que les servían para protegerse. Más adelante se encontraban ubicados dos especies de camiones, conocidos como “trucutus”, que en su parte delantera inferior tenían unas plataformas como palas.

El Coronel del Distrito de Policía de Calderón, Marcelo Cajas, afirmó que: “como Policía Nacional, precautelando que no haya alteración del orden público, estamos con nuestro personal desplegado, y en los próximos minutos procederemos a abrir la vía, para que la circulación se dé en forma normal”.


El ambiente en el sector era de zozobra; al ver a la policía tan bien equipada, los comuneros temían que se desataran actos violentos en el proceso de restablecer la circulación.


Captura 2: Cobertura realizada por Camila Becerra para Cero Latitud en el primer día del Paro Nacional- Palabras del Coronel del Distrito de Policía de Calderón Marcelo Cajas

 

Los gritos por ser escuchados


Con un poco de miedo de ser rechazados por los comuneros, al ser un medio de comunicación, bajamos para conocer sus testimonios, y las razones por las cuales ellos habían decidido cerrar esta vía.


Madres de familia, representantes de la comuna, subían caminando en dirección a los policías, algunos de sus rostros mostraban molestia y en otras, indignación. Muchas al ver a los medios de comunicación se negaban a hablar o salir en cámara, pero una de las comuneras dijo:


“Las cosas están subiendo de precio, el gobierno no sabe cómo estamos viviendo, nosotros somos personas pobres, no tenemos trabajo, yo soy madre y padre para mis hijos, no tengo trabajo de donde les voy a dar el estudio, la comida está cara, un pan subió a 25 centavos. de lo que valía 12”


Estas son las palabras de una comunera de San Miguel del Común que no quiso decir su nombre, ni mostrar su rostro por miedo a algún tipo de amedrentamiento posterior, sus palabras visibilizan una de las molestias que varias personas viven en la Comuna de San Miguel.


Captura 3: Cobertura realizada por Camila Becerra para Cero Latitud en el primer día del Paro Nacional- Cierre de la vía en la Panamericana Norte a la altura de San Miguel del Común

Entre gritos de los comuneros, el sonido de las trompetas y el fuerte humo, al acercarnos a la quema de llantas, la desconfianza de los comuneros hacia nosotras se iba acortando, pues más personas querían compartir sus puntos de vista, es así que otro vecino de la comuna mencionó:


“Esto se venía dando porque el gobierno nacional no da apertura a las aspiraciones del pueblo ecuatoriano, en especial a la clase baja, nosotros como moradores de San Miguel nos hemos autoconvocado, aquí no hay nadie que esté a la cabeza, esperamos que el gobierno se sensibilice y entre en diálogo con nuestro líder Don Leonidas Iza, pues si el gobierno sigue sordo va a tener consecuencias”.

Los minutos corrían y la tensión estaba en el aire, porque los comuneros no iban a dar su brazo a torcer, estaban muy seguros de sus convicciones y no se iban a retirar de la vía a menos de ser escuchados.

Entre los parterres de la vía, no solo había gente mayor, había niños pequeños, jóvenes y obviamente personas adultas, que observaban con sigilo a cada persona extraña a su comunidad y a la Policía también, pues querían ser escuchados y evitar cualquier tipo de violencia.

A veces la tensión crecía porque la policía amenazaba con avanzar para abrir la vía, mientras los comuneros con palos resguardaban su trinchera de llantas, para evitar ser despojados de “su derecho a la resistencia”, como lo mencionó uno de los moradores de San Miguel del Común para que sean escuchados.

La protesta que se llevó a cabo en San Miguel del Común; muchas veces reiterada por los comuneros, fue pacífica, no existieron enfrentamientos entre policías y comuneros, sin embargo, la resistencia permanecía en el aire, puesto que la desconfianza de lado y lado crecía al pasar de las horas.

En San Miguel del Común ese día no hubo violencia, a pesar de que la policía detuvo a tres comuneros. El 14 de junio llegaron a un acuerdo, “los comuneros por la vía” y así fue.

Este sector en toda la duración del Paro Nacional estuvo unido y volvió obstruir el paso, no existieron hechos violentos, hasta el 28 de junio, donde la comunidad sufrió un bombardeo de gas lacrimógeno por parte de la policía, pero esa es una historia que deberá ser contada en otro momento…


Fotografía 2: Movilización en la Entrada de Carapungo   Autor Jonathan Maza para Cero Latitud 


Editores: Lcdo. Byron Rodríguez y Valeria Ocaña

Docente: María Sol Yépez



Nota:

Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad de los autores y no corresponde a la opinión de MediaFacso.


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