Era enero de 2022. Durante ese mes hubo fuertes lluvias en Quito. Eso provocó inundaciones, deslizamientos de tierra en varios sectores y, en consecuencia, grandes pérdidas: humanas y materiales.
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A las seis de la tarde del lunes 31 de enero, en el sector de la Comuna de Santa Clara de San Millán y La Gasca, al norte de la ciudad, se produjo un aluvión (flujo de lodo) que descendió de las faldas del Volcán Pichincha. Esto tomó desprevenidas a las personas que concurrían a la zona y muchas fueron arrastradas por la corriente. Según datos de la revista Plan V, el resultado fue: 27 personas muertas, 53 heridas, 2 desaparecidas y daños materiales millonarios (autos atrapados, animales, árboles, partes de edificaciones, etc.). Algunas razones del desastre fueron: el crecimiento de la población, el aumento de construcciones sin planificación, la deforestación, y el uso de la quebrada como botadero de basura, de acuerdo con los informes de la Universidad Espíritu Santo (UEES). Este caso se suma a otros problemas ambientales provocados por la falta de preocupación por los espacios naturales.
La expansión desmedida de espacios urbanos, el desconocimiento de la separación de la basura y su reciclaje, la falta de cuidado a la fauna y flora, entre otros, hacen que, poco a poco, la biodiversidad se extinga o corra peligro. En ese contexto, el Museo Zoológico (MuZoo) de la Universidad Central del Ecuador (UCE), desarrolla diferentes actividades estudiantiles que muestran la importancia de proteger a la naturaleza.
Ilustración 1: Basura en las áreas verdes de la UCE
Juana Suárez, bióloga y docente, explica que la historia del museo data de 1872, cuando el alemán Carlos Hoffstetter llegó a Quito para fundarlo. Según la página oficial del lugar, inicialmente se encontraba en la Escuela Politécnica Nacional. Sin embargo, seis años después de su apertura y luego de la muerte del entonces presidente Gabriel García Moreno, la Politécnica fue cerrada. Por ello, el museo se trasladó a la UCE.
En 1929, el museo se incendió debido al descontrol del uso de petardos y fuegos artificiales en una celebración de la universidad. Como consecuencia, se perdió gran parte de las colecciones. El MuZoo, por alrededor de 30 años, estuvo bajo custodia de la Facultad de Ciencias Químicas. Actualmente, forma parte del Sistema Integrado de Museos y Herbarios y cuenta con el apoyo del Rectorado de la UCE, del Club Ecológico de la UCE y de estudiantes de diferentes facultades. El museo se encuentra detrás del Hospital del Día y cerca de la Facultad de Ciencias Agrícolas.
El MuZoo propone proyectos ambientales desde las comunidades universitarias y colectivos ambientalistas, así lo detalla Juana Suárez. Además, busca darle importancia a la restauración, inventario y catalogación de las colecciones para que el público conozca sobre la biodiversidad y otros temas ecológicos. Su página oficial enuncia que, “muchos colectivos han visto en el museo la posibilidad de sentirse representados, además de generar agendas conjuntas destinadas a contribuir al desarrollo de un pensamiento ambiental crítico con la realidad”.
Ilustración 2: Animal disecado expuesto en el MuZoo
A pesar de que el MuZoo está cerrado, el equipo principal de trabajo, conformado por Juana Suárez (coordinadora), Iván Mora (taxidermista) y Consuelo Montalvo (investigadora), desarrolla actividades educativas constantes en otros espacios: virtuales y presenciales. En cuanto al financiamiento, el museo recibe recursos económicos de la universidad y también realiza proyectos autogestionados por el equipo a cargo y miembros de diferentes facultades.
Según mencionó Suárez, se espera que la apertura del museo sea este año, 2023. Mientras tanto, la coordinadora realiza exhibiciones:
La bióloga afirma, además, que la UCE, con aproximadamente 40 hectáreas de áreas verdes, es un corredor ecológico (espacio de cuidado de especies de flora y fauna) de aves. Se han registrado 37 especies: endémicas, nativas andinas y migratorias. Desde 2019, el museo creó el programa “Pajareando en la UCE”. En este, la docente se reúne, una vez al mes, con estudiantes universitarios para observar las aves del sitio y registrarlas de manera científica. Esto también lo desarrollaron durante la pandemia por Covid-19, pero de manera virtual. La siguiente convocatoria se prevé que será a finales de febrero.
Susan Rocha, directora del Sistema Integrado de Museos y Herbarios, por otra parte, menciona que uno de los problemas de la UCE es el tipo de plantas que se ha sembrado, que en su mayoría son foráneas. Para esto, el MuZoo hace programas de voluntariado denominados “Bombas de semillas”, con el objetivo de crear jardines con árboles nativos en diferentes lugares del campus para aves e insectos. Esto, por el aumento de cemento en los espacios universitarios que afecta a la polinización, según Juana Suárez. A cada programa han llegado entre 150 y 200 estudiantes. También, se plantean proyectos a futuro en cuanto al reciclaje y separación de residuos.
Así mismo, Suárez y algunos estudiantes instalaron cajas de anidación y bebederos para las aves en diversos puntos de la universidad. Algunos se encuentran sobre los techos de las facultades, también en el Hospital del Día y en árboles como los arrayanes, entre otros. Esto sirve como controlador biológico y busca la autorregulación desde la propia naturaleza. Elproyecto se trabajó con la colaboración de la profesora de artesAngélica Alomoto y las facultades de Agronomía,Biología y Artes.
Ilustración 3: Juana Suarez bióloga de la UCE
El martes 31 de enero de 2023, el museo abrió el programa “El club de lectura ambiental” con el relato de la ballena blanca, Moby Dick, de Herman Melville, que se relaciona con el maltrato animal. Este programa se realizará cada segundo martes por mes, vía Zoom. El objetivo del club es fomentar la lectura y concientizar a los estudiantes sobre la importancia del cuidado ambiental desde la literatura. La próxima convocatoria del club de lectura será en San Valentín, el 14 de febrero.
Los proyectos ecológicos son un escape de la rutina universitaria
Mi nombre es Melissa Murgueitio y soy licenciada en Turismo Ecológico. En este momento, estoy trabajando en la administración de edificios y departamentos. También estoy a cargo del Club Ecológico de la Universidad Central. Con el MuZoo hemos realizado actividades desde antes de la pandemia. Juanita Suárez nos invitó a hacer “Pajareando en la UCE”, que son
recorridos para avistamientos de aves en toda la universidad. Esto tuvo bastante acogida. Después de la pandemia, reubicamos unos árboles que estaban frente a la Biblioteca General de la universidad. Eran unos árboles que no estaban creciendo nada bien. Ahí convocamos a un programa de voluntariado. Vinieron como 80 personas. Fue hermoso. Sacaron esos árboles que tenían raíces bien grandes y los reubicamos en tres lugares del campus. Además, se buscó hacer jardines y lo que hicimos fue lanzar bombas de semillas (riego de semillas en el césped). Luego, Juanita coordinó con estudiantes de la Facultad de Artes para que hicieran casas y bebederos para aves e hicimos otra convocatoria para colgar los artículos. Siempre limpiamos los bebederos y ponemos agüita nueva. Juanita, con sus iniciativas, ha sido lo máximo, porque yo sola no podría hacerlo. Estar en el Club Ecológico y realizar los proyectos del museo siempre ha sido como un escape de esa rutina de la U. Así, no vas solo a estudiar y luego te regresas a tu casa, sino que, además, devuelves un poquito de lo que la naturaleza te está dando.
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