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Negocios con frigoríficos en Quito resurgen luego de los cortes de energía a nivel nacional

Actualizado: 22 may 2024

En los últimos meses, los cortes de energía eléctrica sumergieron a la capital ecuatoriana en una incertidumbre económica. En abril, cuando el gobierno de Daniel Noboa anunció periodos de racionamiento en respuesta a la disminución en la generación de electricidad en las centrales hidroeléctricas, lo que comenzó como interrupciones esporádicas a finales de 2023, se convirtió en un desafío constante para los negocios locales. 


Las calles de Quito reflejaron los estragos de esta medida, especialmente en los negocios que dependen críticamente de la electricidad. En un recorrido por diversos barrios, encontramos historias como la de Andrea Guevara, residente de Conocoto desde enero del presente año, quien ayuda a su mamá en la administración de una carnicería de propiedad familiar.  



 Las heladerías procuran recuperarse de la crisis energética- Foto: Diana Cumbajín 


Andrea relató con preocupación acerca de los primeros días de cortes eléctricos. En su negocio, la refrigeración constante es vital para preservar los productos perecederos. Sin embargo, con la luz fuera de servicio, la carne comenzó a descongelarse, se volvió imposible de vender y tuvieron que desecharla. Incluso con el uso de bolsas de hielo para minimizar los daños, las pérdidas económicas fueron inevitables. "La carne se descomponía, ya no la podíamos vender y la teníamos que tirar", lamenta Andrea con la frustración compartida por muchos comerciantes locales. 


Ante la evidente pérdida económica, la familia Guevara se vio obligada a invertir en un generador eléctrico para mantener en funcionamiento sus refrigeradores. Sin embargo, esta solución no llegó sin un costo significativo. "Fue una pérdida grande, de a poco nos estamos recuperando, pero sí perdimos bastante plata y bastantes recursos", admite Andrea. 

El caso de este negocio no es único. Según el diario El Universo, miles de comerciantes en Ecuador han tenido que realizar inversiones considerables, que van desde USD 460 hasta USD 3.500, en generadores eléctricos para evitar la paralización de sus actividades durante los cortes de energía. 


Sin embargo, a partir del 6 de mayo, la situación comenzó a mejorar. Según el Ministerio de Energía y Minas, los cortes de energía se reprogramaron hasta el 26 del mismo mes por la mejoría en los embalses de las centrales hidroeléctricas. Esto ha significado para los pequeños y grandes negocios una oportunidad para mejorar sus ventas. Los días sin interrupciones eléctricas permitieron a muchos comercios reactivar sus actividades con normalidad, ofreciendo productos en óptimas condiciones y recibiendo nuevamente a los clientes. 


Karla Calderón, propietaria de una heladería ubicada en la Joaquín Gutiérrez y Av. Maldonado, también ha experimentado este resurgimiento. "Durante los días en que no se va la luz, nuestras ventas han mejorado considerablemente. La gente ha vuelto a confiar en la calidad de nuestros productos", comenta Karla, con un renovado optimismo. Pues las ventas que antes de los apagones eran de USD 50, durante la crisis se redujeron a USD 15. Se están recuperando de forma gradual y en estos días se encuentran en USD 35. Antes de la estabilización del suministro eléctrico, Karla tuvo que reducir su oferta de productos y adaptarse al ofrecer obleas y sándwiches, ya que no podían encender muchas de las máquinas. 



  La venta de sándwiches fue una estrategia para mantener los negocios– Foto: Diana Cumbajín 


Además del alivio temporal en el suministro eléctrico, los comerciantes se ven beneficiados por una medida anunciada por el presidente Daniel Noboa. Mediante el decreto 260, suscrito el 8 de mayo, se ordenó que el 50% de las planillas de energía eléctrica correspondientes a los consumos de abril serían cubiertos por el Gobierno. Según el ministro de Energía, Roberto Luque, en una entrevista para Radio Redonda, todavía se están realizando las medidas necesarias para implementar este sistema de compensación, que le costaría al estado cerca de USD 40 millones. 



 Las neveras vuelven a funcionar con relativa normalidad - Foto: Diana Cumbajín 


Karla manifiesta que aún no han invertido en equipos de respaldo para mitigar los apagones, pero piensa hacerlo si la crisis energética sigue en aumento. La compra del generador sería principalmente para el congelador grande donde almacenan los helados. "La reputación de la heladería se ha visto afectada porque algunos clientes veían los helados un poco desleídos y preferían no consumirlos. Otros los consumían, pero decían: creo que están vendiendo helado guardado. Tuvimos que desechar algunos productos porque se nos habían dañado o ya no tenían el mismo sabor", menciona Karla. 


La mejoría en el suministro eléctrico y las medidas gubernamentales han dado un respiro a los negocios en Quito. Tanto Karla como Andrea están tomando decisiones a largo plazo para mantener a flote sus emprendimientos. Karla, por ejemplo, ha decidido realizar pedidos de menor cantidad de helado para evitar daños. 


La crisis energética ha provocado que varias medianas y pequeñas empresas resuelvan los inconvenientes causados por los apagones, además de las pérdidas masivas de los dueños de los establecimientos y la pérdida de clientes al no conseguir lo que desean del lugar. No obstante, la resiliencia y adaptabilidad de estos comerciantes demuestran que, a pesar de las adversidades, están decididos a salir adelante.  


Según el ministro de Energía, en una rueda de prensa el 24 de abril, las pérdidas económicas por los cortes de luz alcanzaron los USD 72 millones por día. Por otra parte, USD 20 millones es el monto de pérdidas para el sector comercial por cada hora que se deja de laborar por falta de energía, según el presidente de la Federación Nacional de Cámaras de Comercio del Ecuador, Miguel Ángel González. A medida que Quito y el resto del país navegan esta crisis, la esperanza reside en la capacidad de sus ciudadanos para adaptarse y en las medidas que el gobierno pueda implementar para mitigar los efectos de la escasez de energía. Los negocios con frigoríficos y heladerías simbolizan la lucha y el resurgimiento de una ciudad que se rehúsa a rendirse ante la adversidad. 


Infografía por Alejandro Cali

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